miércoles, 12 de octubre de 2011

LINARES - PICO CERVERO

Ya la antigua mitología griega nos mostraba a Cerbero, un perro con tres cabezas y una serpiente por cola cuya labor era guardar las puertas del Hades (infierno), para que ningún humano entrara sin permiso y al mismo tiempo, para que ningún espectro consiguiera salir. A la orilla del río Aqueronte, frontera entre los vivos y los muertos, y con la única compañía del barquero Caronte, el Can Cerbero siempre alerta, fue la pesadilla para todos aquellos valientes héroes que se atrevieron a cruzar aquellas puertas sin el permiso de Hades.
Nada que ver con el patrón de nuestra ruta de hoy, el pico Cervero, situado en la sierra de las Kilamas y con una altitud de 1460 metros.
No obstante, por hacer un símil, para nosotros el Cervero (pico) era sin duda un mito, que supondría un antes y un después en el grupo "La Pájara". Sin duda, debía decidir cuales serán nuestros próximos objetivos.
 
Así, a las 9 de la mañana partíamos para Linares. De una lado Juan Miguel, Alex y yo (José Manuel) y de otro Fernando y los dos Pacos, con algo de retraso por problemas en la carga de sus máquinas. La climatología acompañaba, cielo despejado y buena temperatura. En Linares nos esparaba Ángel, que subió con nosotros y se portó maravillosamente con la intendencia.

Tras la confusión inicial en la que Paco nos mostró su géminis, partíamos casi a las 11 con rumbo a nuestro objetivo, tras pasar la fuente comenzabamos las primeras rampas todos juntos. El ritmo lo marcaban siempre Paco Martín y Ángel. Las rampas erán cómodas pero continuas, y al rebasar cada curva debíamos afrontar la siguiente. El ritmo se me iba haciendo duro, así que decicí ralentizar y dejar que se marcharan, aunque de momento los tenía a la vista. El camino, precioso, entre robles y castaños que ya han comenzado a desprender sus frutos en el propio camino.

Cuando ya les empiezo a perder de vista - sólo Juan Miguel se queda a esperarme - les atisbo en la primera parada, allá por el kilómetro 4 de la ascensión, en el paraje de la Honfría. Repostaje de líquido y galletas energéticas para afrontar la segunda parte que nos conduce a la plataforma, en el kilómetro 8.

Este segundo tramo se me hace más cómodo. Juan Miguel contribuye a ello marcándome un ritmo asequible. Los demás siguen delante, pero les vemos. Paco tuvo un percance muscular que le obligó a descansar. Por fin llegamos a la plataforma, en el kilómetro 8, y hacemos una nueva parada para fotos antes de afrontar el complicado tramo final, ya sin sombra.

Aquí estoy más animado, sé que falta poco, aunque es lo más duro. Paco Martín y Ángel habían venido fuertes, Alex y Fernando les aguantaban bien, Paco por su lesión no llegó con ellos y Juan Miguel y yo, a mi ritmo. En fin, comienza el último tramo y decido adelantarme, sé que me van a alcanzar. Tras un giro de casi 180 grados atisbo la primera rampa, que asusta. La acometemos con maestría y ya decido marcarme un ritmo que pienso aguantar hasta el final, con plato pequeño y piñon elevado, pero guardando algo, por si acaso, que luego no hizo falta.

Cada curva de casi 180 grados te mostraba otra dura rampa, el camino además muy seco y pedregoso se agarraba, pero había que seguir, el alto debía estar cerca. Paco Martín me pasó como una centella y Ángel a su ritmo, un poco más elevado. A mi altura subían Juan Miguel y Paco Sánchez y un poco por detrás Alex y Fernando.

Por fín una curva pronunciada y avistamos la torre con la cruz, estamos arriba, y empiezo a pensar en las "birras", eso me eleva más y peso menos, estoy arriba - ¡lo conseguí! - y lo conseguimos todos.

Arriba fotos, entrevistas, cachondeo y anécdotas. Todos estábamos contentos. Paco Sánchez incluso estuvo a punto de "ligar". Volviendo a la mitología griega, Jasón y los argonautas habíamos conseguido el "vellocino de oro".


Las mujeres nos esperan en Linares para comer. Es hora de afrontar el descenso que también se plantea peligroso por lo seco y pedregoso del camino, al menos en este primer tramo. Por la hora, decidimos hacer el trayecto corto e ir directamente hasta Escurial en lugar de bajar por Navarredonda de Rinconada.

La primera parte del descenso, más técnica, la acometemos con precaución, pero pasada la plataforma empezamos a dar rienda suelta a nuestros instintos y nos dejamos caer cada uno como quiere. Paco Martín como siempre por delante y los demás, esquivando el polvo que levanta el de delante. Por fin llegamos a Escurial, nos dirigimos a la fuente para repostar líquido, pero no hay agua.

Alguien menciona la palabra "birras" y nos montamos en la bicicleta a toda máquina, para desesperación de Fernando. Y es que, efectivamente, estabamos a 4 kilómetros de meta, que también se hicieron duros por el intenso calor y los tres toboganes que hubo que afrontar.

Por fin entrada a Linares. Duchas e intendencia magistral en casa de Ángel, incluidas las "birras". Llegan las mujeres y partimos a comer en coches hacia Santibañez de la Sierra.

Lo que sigue, ya es otra historia...




5 comentarios:

  1. ¡¡¡Esto ya es muy serio!!!
    Ha cambiado la portada y en ella parecemos verdaderos conquistadores.
    Cuando he empezado a leer la crónica he pensado en una epopeya. Así ha sido. Muy bien.
    En la comida pensaba deciros que... no tenéis consideración con los sexagenarios, pero ... da gusto ir con vosotros.
    Cada vez resulta más difícil cumplir aquello de que "HAY QUE IR UN POCO MÁS TRANQUILOS".
    Me vais a destrozar.

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  2. Es un gustazo leer las crónicas de José Manuel. Ya estaba esperando ésta como agua de mayo. Y además las adereza con su gran cultura. Yo la verdad el otro día disfruté de lo lindo, pero también, como sabéis, sufrí mucho. Eso de ver detrás de cada curva otro repecho .... Pero bueno, creo que hemos creado un gran grupo y que las posibilidades son casi infinitas. La pena es que el mal tiempo se nos echa encima.

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  3. Paco que te aceleras ..
    Me asustas con "las posibilidades casi infinitas".
    Lo que digo, no sé dónde me vais a llevar.

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  4. Me alegra que os gusten las crónicas. Yo las publico en el blog, pero quien las escribis sois vosotros en cada ruta.

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  5. No cabe duda: sois unos romanticos de la bicicleta

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