Nueva quedada del Grupo
Ciclista “La Pájara”, en este día de jornada electoral, festividad de “Cristo
Rey” y con no pocas “otras connotaciones”. Para nosotros una bonita jornada de
bici más…
Presentes: Juan Miguel,
con su “Samuela” (RR 8.2), Fernando, con
“La Galga”, y el que hoy hace de cronista (Paco Sánchez), con su más modesta RR
5.3.Ausentes: José Manuel, por convalecencia (y no hacer uso, como se le dijo, del calor de pecho ajeno), Paco Martín, también convaleciente, con problemas en un pie, y Alex, que dijo aquello de “si puedo no voy”. Él sabrá por qué.
Quedamos como de
costumbre en el Puente Romano a las 10:00.
El día estaba algo fresco, pero al
menos no llovía, que no es poco. La duda estaba en dirigirnos hacia
Zarapicos, o hacia Matilla de los Caños para ir al campo de golf de la Valmuza.
Elegimos la primera opción, quizás pensando en que Juanmi disfrutara del bonito
recorrido que ya habíamos hecho Fernando y yo el pasado sábado 12 de noviembre.
Cruzamos Tejares, para
seguir hacia la rotonda de Vitigudino. Allí nos desviamos a la derecha para
seguir la margen izquierda del Tormes. Enseguida disfrutamos de la bajada de la
cuesta de la papelera, con lo que nos
recuperamos de las primeras rampas, que nos habían pillado algo fríos.Después de recorridos unos cuantos kilómetros paramos para hacer las primeras fotos, con la carretera de fondo. Pasaba por allí un paisano de Juanmi, que paró y nos hizo las pocas fotos que tenemos los tres juntos.
Después de la parada continuamos. Fernando con un ritmo frenético, le digo yo que si es para probar la galga, pero creo que no, que ya la ha probado suficiente. Más bien es para probar al galgo que “la monta y la domina”. El caso es que cuando accede a esperar y le alcanzas dice eso de “¡Como es llano ….!”. Como si en el llano las bicis fueran solas ...
Y mientras tanto, Juanmi de charleta por detrás con su paisano, así que yo mirando a ratos el trasero de “La Galga”, y de vez en cuando hacia atrás, a ver si Juanmi dejaba “la chachara”.
Cuando la carretera se corta para desviarse hacia el sur, el nuevo amigo de Juanmi se despidió y ya continuamos todos juntos. En el cruce que hay antes de San Pedro del Valle estuvimos dudando si girar a la izquierda o seguir hacia el pueblo. Optamos por esta segunda opción, ya que vimos en unos carteles que por la zona había un árbol centenario y una fuente romana.
Efectivamente, al salir del pueblo a la izquierda, después de una corta subida, hay una fuente romana de la que dicen que nunca deja de manar el agua. Es bonito y además es cierto, manaba el agua por debajo de la roca. Llegó un paisano por allí, y nos indicó que la parcela contigua estaba en venta, 800 metros. Le tiramos de la lengua, diciéndole que Juanmi estaba interesado en comprar casa en el pueblo. Así que el abuelo no se hizo de rogar, y nos dijo que pedían 9.000 €, ni uno menos.
Lo de la fuente al lado está muy bien, pero la parcela está en cuesta, y además no nos gustó el último comentario que hizo. Le comenté yo que en verano la zona sería fresca y él contestó que no tenía mucha humedad… No sé yo… Me acordé de lo que suele decir nuestra compañera, y sin embargo amiga, Felisa Peláez: “Excusatio non petita, accusatio manifesta”. Seguro que allí sale agua hasta de debajo de las piedras, como comprobamos en la fuente.
Bueno, el caso es que seguimos la marcha y subimos el puertecillo que hay allí, unos 100 metros de desnivel, según nos informó Fernando, pero con rampas tendidas y llevaderas, excepto alguna al final. Nos detuvimos un rato en la urbanización que hay al lado del campo de golf, y un poco más adelante, para hacer las últimas fotos, pues se veía la sierra.
Luego seguimos rápido, pues cuando no tiraba uno, tiraba otro, y todos con la lengua fuera. Cruzamos “sin parar” el municipio de Parada de Arriba, y luego seguimos hacia Doñinos. Después de Doñinos, Tejares, y Salamanca.
Con las prisas de votar
o no votar, no ha habido birritas, así que… cada uno a su casa y Dios a la de
todos.
¡Qué envidia siento!, miembros de "La Pájara". La ruta tiene que haber sido entretenida, en un día maravilloso para la bici. Y además, ¡Qué alegría! me produce ver que las crónicas, las fotos y las costumbres siguen a pesar de mi ausencia. Bueno, echo en falta "las birritas" sin que sirva de precedente.
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