“El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.”
William George Ward. Teólogo católico inglés y matemático.
Y es que en la ruta de hoy el viento se erigió en principal
protagonista. Quedamos a las 10:30 en el edificio de Cruz Roja los cuatro
magníficos: Paco Sánchez, Juan Miguel, Fernando y José Manuel. Sabíamos de
antemano que el frío iba a ser protagonista y el viento también, por eso
habíamos encargado al “router” un recorrido en el que la vuelta fuera cómoda.
Ausentes Alex y Paco Martín, este último “ausente reincidente”.
Comenzamos el recorrido por la N630 hasta el
Helmántico y seguimos hasta coger a mano izquierda el camino que entra en
Aldeaseca. Notamos el viento de costado, Juanmi protesta y Fernando advierte
que luego cambia a favor. Cruzamos el pueblo y tomamos el camino con dirección
a Castellanos de Villiquera, adornado con constantes cambios de rasante y
continuas subidas y bajadas, pero buen firme. El viento nos azota ahora de
frente, luego de costado y a continuación de frente otra vez. Juanmi protesta y
Fernando advierte que luego cambia a favor.
Llegamos a Castellanos y refundimos el grupo,
continuamos por camino en dirección a Forfoleda. En mitad de la nada nos
apetecía hacer alguna foto así que paramos. Con un fuerte viento de costado, divisamos
Forfoleda a la derecha pero nosotros giramos a la izquierda con dirección a
Almenara de Tormes y el viento ahora fuerte y de cara nos frena y nos frena.
Fernando y yo íbamos un poco adelantados pero sabíamos que Juanmi protestaba
por el viento y Paco debió decir que luego cambiaba a favor.
Llegamos a un terreno más resguardado del viento y
en la bajada divisamos una charca, así que me paro para fotos, repostaje de
líquidos y puñado de frutos secos. Amaina el viento y las protestas. La charca
está helada, nos entretenemos observando la resistente capa de hielo y el
paisaje invita a más fotos. Hay que seguir, que después de la bajada está
Almenara.
Aunque los planes de Fernando eran de volver por
la carretera de Ledesma, bajamos hasta el río y observamos que el puente construido
por el Regimiento de Ingenieros 11 permanece abierto, así que cruzamos el
Tormes y tras echar un vistazo al cerrado parque natural junto al río,
continuamos nuestra ruta por el camino que nos lleva a Pino de Tormes. Ahora
con el viento a favor da gusto pedalear, nadie protesta.
En Pino de Tormes desembocamos en la carretera que
nos lleva a Florida de Liébana, a toda máquina por el buen firme y viento a
favor, y de allí sin tregua hasta las inmediaciones del “Puente Gudino”. Decidimos entrar en
Santibañez del Río para contemplar las ruinas románicas de San Justo (que pena
tener esto así). Hicimos alguna foto más.
Nos queda afrontar la última dificultad del día,
cuesta de la papelera, que culminamos con destreza a pesar de la acusadora
mirada de nuestro capitán a Fernando y a mí. Una vez allí, bajada por carretera
hacia Tejares y de allí al carril bici. Despedimos a Paco Sánchez y los demás
seguimos por la orilla del río hasta el polígono del Tormes.
¡Qué bien lo hemos pasado! Hasta otra.
Solo se le ocurre a este grupo, salir de cara al viento por rutas que no hay ni sombras, manda ......, hay que buscar otras alternativas, rutas por valles o rutas cubiertas por arboles etc,
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo. Estos esfuerzos nos sirven de entrenamiento. Salir en bici no es solo disfrutar, también hay que aprender a sufrir. Si no entrenamos en esas situaciones, cuando sin querer nos veamos en ellas nos cagaremos la pata abajo.
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