Está de moda
esto de poner números de versión en los títulos ahora. Era la quedada a las 10:30
en la gasolinera del antiguo Mercasalamanca con intención de hacer una ruta por
la Balneario de Babilafuente, pero una vez presentes los asistentes (Paco
Sánchez, Juan Miguel, Fernando, Pepe y José Manuel) se decide por mayoría
cambiar el trayecto y repetir la ruta de la Valmuza para mostrar el bello
entorno a los otrora ausentes Alex y Pepe. Motivo alegado para el cambio, la
baja temperatura acompañada de fuertes y gélidos vientos del Norte.
Decidimos bajar por el centro de Salamanca hasta el puente romano
para coger el carril bici hacia Aldeatejada.
Cruzamos el municipio y tomamos el camino a la derecha afrontando un lento pero
largo tramo que pica hacia arriba. Como por ahora el aire nos azota de espalda
da gusto subir, pero cuando llegamos al alto el aire frío nos hace presagiar
que la parte final de la etapa no va a ser precisamente fácil.
Nos adentramos ya en la zona de dehesas y este primer tramo
es complicado: el camino está muy duro por las heladas y las roderas hacen
hacen aún más difícil el tránsito de las bicis. En un momento veo por dos veces
la Lapierre de Alex tambaleándose peligrosamente. Milagrosamente todo queda en
susto y no hay aterrizaje.
Comienza la zona de porteras en la parte más bonita de la
ruta. Hay que aprovechar para inmortalizar nuestro paso y repostaje de líquidos
y frutos secos. Juanmi busca por la zona del “comedero” la bufanda que perdimos
en la anterior visita, pero no apareció. Como el frío hace mella decidimos que
las paradas no deben ser muy largas. No obstante esta parte de la ruta me da
buenas sensaciones ya que el paisaje es muy bonito.
Termina la parte de la Valmuza y llegamos a la cañada de los
mártires. Juanmi tenía capricho de foto en el viejo puente, así que otra
paradita. Llega el fotógrafo, inmortaliza el momento y de prisa, que hay que
seguir, que hace mucho frío. Vamos, vamos… ¡Así nos acabaremos estresando en la
bici!
A partir de aquí el campo se descubre y nada nos resguarda.
Eolo del Norte nos empieza a atizar ahora de frente, ahora por el costado
izquierdo, pero con bastante virulencia y además está frío ¡Joder que si está
frío! Y encima el camino pica para arriba que tú no veas ¡Cómo pica para arriba!
Veo Doñinos allí al fondo, arriba, pero ¡Qué lejos está! Me acompañan Alex y
Fernando, los otros han quedado un poco rezagados. Luego nos enteramos de que
Paco había pinchado, el “Capi” como siempre había acudido en su auxilio y Pepe
bastante hacía con ir con ellos (anda bajo de forma el hombre).
En Doñinos refundimos grupo y decidimos hacer el último
tramo por la carretera hasta entrar por Tejares donde despedimos a Pepe y Paco.
Nosotros de nuevo por el romano y carril bici hasta el polígono del Tormes ¡Fin
de ruta!
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