sábado, 24 de marzo de 2012

ZAMORA - SALAMANCA


“Qué los caminos traigan paz y los amaneceres justicia, qué hermane a todos los pueblos, qué socorra a todos los humanos y quebrante al violento.”

En la senda estaba escrito.
¡Estupenda mañana en climatología para la bici! Puntuales a las 8:45 en mi trastero nos reunimos Juan Miguel y José Manuel y partimos en bici hacia la estación de autobuses. Allí nos esperan ya Paco y Fernando, así que cargamos las máquinas en los bajos del autobús ante la estupefacta mirada de algunos pasajeros. Partimos para Zamora, durante el viaje en autobús “El Sánchez” insiste una y otra vez en organizar quedada para hacer “El camino de Santiago”. Ya veremos qué pasa…

Ya en Zamora, meada, acicalado inicial y comienza ruta. Fernando insta a tomar un café con torrija en la calle Santa Clara, pero el garito está en un sótano y desistimos. Bajamos hasta el puente romano para servir las primeras imágenes y enfilar la vía de la plata por el llamado “camino hondo”. Tras unos primeros kilómetros de confusión entre vía de la plata y ruta del Duero llegamos a una encrucijada con monumento a peregrinos, donde hacemos nuevas fotos.

Desde aquí seguimos ruta y confusión hasta llegar al municipio de Entrala. Haciendo caso a las indicaciones del GPS de Fernando tomamos la carretera de Entrala a San Marcial durante unos kilómetros. Al Sánchez no le gusta este tramo. Menos mal que pronto nos desviamos a la izquierda y por fin nos encontramos en el camino sanabrés. Dejamos a la derecha El Perdigón y a la izquierda San Marcial.

Esta parte es la que más me gustó, aunque con un firme más técnico y a pesar de la sequía. Nos cruzamos con bastantes peregrinos con los que intercambiamos saludos. Se va notando la subida continua desde Zamora y afrontamos un repecho duro, muy duro, en el término de Villanueva de Campean. ¡Menos mal que da la sombra!, llevo sudando en exceso desde que partimos, esto no es normal. Arriba en el alto, paramos, suspiramos y bebemos. Fernando dice que aplacemos el avituallamiento hasta el Cubo del Vino. Así que seguimos…

¡Bueno!, ya toca descenso. Vamos más deprisa por esta parte para mejorar un poco la media, que entre fotos, confusiones y llamadas de teléfono se nos está yendo de las manos. Diviso a lo lejos el municipio del Cubo del Vino, ya voy un poco cansado y me apetece parar. Creo que a mis compañeros también. Entramos a un “bareto” y degustamos unas latas de “Coca-Cola” con barritas energéticas. El calor aprieta y hay que hidratarse dice “El Capi”.

Seguimos, nos metemos de nuevo en carretera y hacemos unos kilómetros por la vieja A66 hasta encontrar un camino paralelo por el que Fernando y Paco marcan un fuerte ritmo. Ya voy muy cansado, así  que me quedo detrás con Juanmi aunque también vamos rápido. Llegamos a las inmediaciones de Huelmos de Cañedo y nos desviamos por el camino con dirección a Calzada de Valdunciel. Esta zona ya es terreno conocido.

Cada vez voy más cansado y sigo sudando en exceso. Mis compañeros adivinan las sospechosas gotas que me descienden desde la frente hasta la nariz. “El Capi” dice que mi nuevo casco tiene un defecto de drenaje, tendré que adquirir una cinta para la frente. Bebo bastante pero no debe ser suficiente y me trasquilo una ampolla de glucosa por si las moscas.

El tramo desde Calzada hasta Castellanos de Villiquera se me hace cada vez más largo, pero todavía respondo con solvencia, aunque no puedo seguir el ritmo de Paco y Fernando ni de lejos. Afrontamos el descenso tras cruzar Castellanos pero este enlaza con el duro repecho posterior que me deja extenuado, sin fuerzas. Menos mal que falta poco, voy muy “tocado”.

“Pájara: bajón físico súbito causado por una deficiente alimentación líquida o sólida para el ejercicio que se realiza”. Si sudas más de la cuenta no podrás subir la última cuesta.

El Sánchez y Fernando siguen por delante y Juanmi como siempre se queda para infundir ánimos al débil, llegamos a Aldeaseca y cogemos de nuevo la carretera, cruzamos el Helmántico. Paco y Fernando se despiden porque el primero tiene un funeral a las 4. Me marco un ritmo continuo y fácil para la última cuesta, pero no puedo, me paro y pongo pie a tierra ¡Qué desastre! Juanmi se asusta un poco al observar mi lamentable estado y me acompaña andando, pero en mi interior sé que es un “indecente pajarón”. No me entran ni líquidos ni sólidos. Hacemos otro trocito en bici y otra vez pie a tierra. ¡Gracias Juanmi por tu paciencia! Por fin llego a casa, me “casco” dos litros de agua con azúcar y como nuevo. ¡Hay que joderse!

















1 comentario:

  1. Muy bien explicada LA PÁJARA.
    Aprenderemos de ti, pero no descarto que cualquier día hagas este mismo relato de cualquiera de nosotros.
    Y ese día llegará, que no os quepa la menor duda.

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