CALZADA DON DIEGO - CAÑADA DE EXTREMADURA

  

“La cañada real de Extremadura, a pesar de su nombre, no tiene la consideración de cañada real. Desde Salamanca se dirige a Extremadura por el Puerto de Perales a través de Ciudad Rodrigo.” Javier González (autor del libro “Rutas por las cañadas de Salamanca”).

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Quedada a las 10 en el Puente Romano. Nos retrasamos 10 minutitos Alex y yo por esperar al primero. Allí nos esperan El Capi, Fernando, Paco Sánchez y dos debutantes, a saber, Antonio De Dios (Culote feliz) y Nicolás (El etíope) (Ver foto).

Comenzamos ruta por el carril bici y enseguida salimos para subir por el barrio de Vistahermosa y coger la carretera del Hospital de los Montalvos. Antes de llegar nos desviamos a la izquierda y tomamos el camino en paralelo, terreno rompe-piernas y siempre picando hacia arriba, que nos conduce a la misma falda del pirulí. Fernando ya se ha encargado de poner un ritmo frenético en esta parte que sólo siguen Paco y Alex, consiguiendo disgregar al grupo y calentar rápidamente nuestros muslos. Junto al pirulí refundimos el grupo, aunque casi me pierdo siguiendo el camino. Retomamos la carretera en dirección a Matilla de los Caños. 

El tramo de carretera se hace más cómodo, la climatología acompaña: buena temperatura y sin viento, así que me pongo en cabeza con Fernando y marcamos un ritmo vivo que vuelve a quebrar al grupo. Decidimos bajar el ritmo antes de llegar al desvío para coger el camino. Comento con Fernando el tramo de la etapa de la Valmuza en el que tocamos brevemente esta carretera. No nos gusta la carretera pero esta goza de la ventaja de la ausencia de tráfico y es menos fea; a diestra y siniestra fincas de ganado porcino y vacuno.

De nuevo refundido el grupo llegamos al desvío y decidimos hacer breve parada para las primeras fotos con los nuevos invitados y repostaje líquido. Tomamos un camino ancho y con buen firme, también flanqueado por ganado, aunque por aquí observo el término “bravo” en la cartelería.  Llegamos a la finca “El Vecino”, donde la cosa pinta bien porque además no hay cuestas sustanciales. Comentamos Alex,  Fernando y yo que el repostaje sólido se hará en aproximadamente 5 Km; mientras a disfrutar del camino. Juanmi quería visitar no sé qué propiedad  de la Duquesa por la zona de El Tejado, pero desistimos.

Ya infiltrados en la Cañada real de Extremadura, acometemos un pequeño repecho que superamos bien, en pie sobre nuestras máquinas, Paco, Nicolás, Alex y un servidor. Detrás hay avería en “la galga” de Fernando que El Capi solventa en un “santiamén”. No obstante tendrá que plantearse Fernando hacer una visita a nuestro amigo “El crotales” para subsanar la deficiencia.

El camino entre encinas nos enseña imágenes dignas de postal a pesar de la sequía. Decidimos  parar para nuevas instantáneas y avituallamiento líquido y sólido. La ruta de hoy me está gustando, a pesar del largo tramo inicial y final por carretera. Continuamos disfrutando del camino hasta que diviso el cartel de “El Rodillo” y decido hacer una foto a mi máquina en honor a esas fugaces salidas de los miércoles de invierno bautizadas sabiamente por Fernando como “Días de rodillo fuera de casa”.

El camino confluye ahora con la vieja N620 y la duda radica en seguirla o continuar por la cañada de los mártires. Como la idea inicial era carretera y alguno - como siempre va con prisas - optamos por la primera opción y Fernando comienza el tramo a un ritmo infernal al que me sumo en el suave pero continuo repecho junto a la urbanización de Peñasolana hasta la feria de ganado. Una vez allí optamos de nuevo por salir al camino paralelo y discurrir por este hasta desembocar al barrio de Buenos Aires.

Desde aquí empiezan las despedidas. Primero Paco en el puente del campus se desvía con dirección a su guarida. Después tenemos un leve altercado por despiste del Capi con caída en la rotonda que precede al romano. No tuvo mayores consecuencias salvo dolores derivados de su maltrecha muñeca en batallas anteriores. En el romano despedimos a los invitados “Culote feliz” y “El etíope”.

Los demás seguimos cada uno a su guarida y, aunque ya hubo amago de retomar “momento birras”, no se consumó. ¡Habrá que esperar otra jornada más…!