domingo, 9 de septiembre de 2012

Los perros de Basquerville


Fernando nos tenía intrigados cuan el famoso detective Sherlock y su secuaz ayudante Watson con la historia de la finca en la que fue rodeado por cuatro feroces sabuesos de presa. Pero lejos de tener miedo, sentíamos la necesidad de conocer a tan ingratos colonos del campo así que… partimos en su busca.
Comienza ruta en el puente romano a las 9:00 horas donde acudimos Fernando, Jesús Galán, Paco, Pablo y José Manuel. Tras un despiste inicial con Fernando nos dirigimos por el camino de Ariseos para girar después a la izquierda y llegar a Mozárbez. Paradina en la fuente y dirección Béjar por la carretera pero enseguida desvío a la izquierda tomando un camino que nos lleva a un túnel bajo la autovía. Hay que cruzar pero nos ponemos de barro hasta “las  cejas”, unos más que otros y las bicis ni te cuento.

Bueno, nos sacudimos un poco el barro y a la busca de los sabuesos. Cada portera que cruzamos preguntamos a Fernando ¿Es aquí? Se denota cierta tensión. Al fin llegamos a la portera de rigor y vemos de lejos a “los impresentables” que hoy no se atreven a increparnos. Para evitar roces cruzamos de prisa, aunque a Fernando le quedaban ganas de “gresca”. Hoy somos cinco y las fuerzas estarían igualadas…
Entre encinas y por un camino precioso, pero duro picando siempre para arriba nos presentamos en Cuatro Calzadas. Cruzamos al otro lado de la autovía y afrontamos la bajada con precaución por un camino mucho más técnico pero no menos espectacular. Nos ponemos de nuevo en Mozárbez. En la fuente a algún descerebrado se le cayó la bici al pilón.

Por carretera hasta el cruce con el camino de Aldeatejada. Desde allí carril bici de retorno a la Capital. En el puente romano despedida. Fernando y yo encontramos “al Capi” caminando deprimido por la orilla del Tormes y le animamos la mañana tomando unas birras en el Camigles.







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