domingo, 21 de octubre de 2012

DE PERDIDOS AL RIO


 
Maravillosa etapa la que hemos vivido hoy.
Se plantea la quedada para hacer una ruta por carretera tras las intensas lluvias del jueves. Los participantes somos Fernando, Paco Sánchez, Juan Miguel, Julio Cobo y José Manuel. La mañana está espectacular, con un sol radiante pero con algún pequeño banco de niebla en las zonas bajas y, eso sí, en principio bastante frío. Nos presentamos todos a las 9:30 en la glorieta del Aldehuela, Don Julio con su nueva super-máquina talla XXL, nuevo casco, nuevas y renovadas ilusiones.

Partimos por el carril bici hasta Santa Marta para tomar la carretera de Naharros con intención de ir hasta Alba de Tormes. Paco pone un ritmo frenético que Juanmi se encarga de reducir para no castigar en exceso a Julio. Pasamos Nuevo Naharros y junto a la carretera se acumula el agua de la lluvia confundiéndose con los inundados arrozales de la albufera valenciana, lo que hace inevitable una parada para las primeras fotos.
Tras diversas sugerencias acordamos dirigirnos hacia Huerta, reanudando la marcha. Cruzamos el puente sobre el Tormes y Juanmi nos conduce hacia la zona recreativa junto al río, donde captamos nuevas instantáneas de una belleza espectacular. El contraste de colores nos embriaga a todos y especialmente a Julio, que no duda en trepar a un árbol junto al río, al más puro estilo Johnny Weissmüller en su faceta de actor. Y es que Albert Camus tiene razón en decir que “el Otoño es como una segunda primavera, en que cada hoja es una flor”. J JJ

Nos ha gustado tanto la estampa otoñal que decidimos adentrarnos en el camino paralelo al río, aunque somos conscientes de que la cosa se puede complicar por la lluvia acumulada. El acierto fue total, pues seguimos disfrutando del maravilloso paisaje y hacemos continuas paradas para inmortalizar el momento. Veo a Don Julio disfrutar como un enano. Si en la etapa anterior tuvimos un “cyclus interruptus” creo que lo de hoy bien pudiera calificarse como “cicloyaculación precoz”.
¡En fin! Continuamos la ruta sin saber dónde vamos a llegar, lo que proporciona más emoción a la jornada. En una de las arboledas nos cruzamos con un grupo de deportistas de la moto. También la mañana y los caminos están espectaculares para ellos. Pasado Cilloruelo emergemos de nuevo al asfalto y optamos por llegar hasta el Azud de Villagonzalo, donde se realiza el correspondiente avituallamiento.

Es hora de regresar y nos planteamos cruzar el río para tomar un camino que nos lleva recto hasta Machacón, pero… surge una complicación inesperada: ¿Por dónde cruzar?. Todos los caminos mueren o bien en el río, o bien en un maizal ¡Que desesperación! No hay más remedio que regresar a la carretera y volver por Encinas de Abajo, que resultó estar  arriba, ya que hubo que afrontar un repecho que dejó a Don Julio bastante tocado.
Y es que a partir de aquí el trayecto se le hizo largo y tortuoso al León de Monterrubio, pero como dijo Albert Einstein “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” y de esta a Don Julio le sobra.

Como podéis suponer, no hubo tiempo para birras.



















 

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