Partimos por el carril bici hasta Santa Marta para tomar la
carretera de Naharros con intención de ir hasta Alba de Tormes. Paco pone un
ritmo frenético que Juanmi se encarga de reducir para no castigar en exceso a
Julio. Pasamos Nuevo Naharros y junto a la carretera se acumula el agua de la
lluvia confundiéndose con los inundados arrozales de la albufera valenciana, lo
que hace inevitable una parada para las primeras fotos.
Tras diversas sugerencias acordamos dirigirnos hacia Huerta,
reanudando la marcha. Cruzamos el puente sobre el Tormes y Juanmi nos conduce
hacia la zona recreativa junto al río, donde captamos nuevas instantáneas de
una belleza espectacular. El contraste de colores nos embriaga a todos y
especialmente a Julio, que no duda en trepar a un árbol junto al río, al más
puro estilo Johnny Weissmüller en su faceta de actor. Y es que Albert Camus
tiene razón en decir que “el Otoño es
como una segunda primavera, en que cada hoja es una flor”. J JJ
Nos ha gustado tanto la estampa otoñal que decidimos
adentrarnos en el camino paralelo al río, aunque somos conscientes de que la
cosa se puede complicar por la lluvia acumulada. El acierto fue total, pues
seguimos disfrutando del maravilloso paisaje y hacemos continuas paradas para
inmortalizar el momento. Veo a Don Julio disfrutar como un enano. Si en la
etapa anterior tuvimos un “cyclus
interruptus” creo que lo de hoy bien pudiera calificarse como “cicloyaculación precoz”.
¡En fin! Continuamos la ruta sin saber dónde vamos a llegar,
lo que proporciona más emoción a la jornada. En una de las arboledas nos
cruzamos con un grupo de deportistas de la moto. También la mañana y los
caminos están espectaculares para ellos. Pasado Cilloruelo emergemos de nuevo
al asfalto y optamos por llegar hasta el Azud de Villagonzalo, donde se realiza
el correspondiente avituallamiento.
Es hora de regresar y nos planteamos cruzar el río para
tomar un camino que nos lleva recto hasta Machacón, pero… surge una
complicación inesperada: ¿Por dónde cruzar?. Todos los caminos mueren o bien en
el río, o bien en un maizal ¡Que desesperación! No hay más remedio que regresar
a la carretera y volver por Encinas de Abajo, que resultó estar arriba, ya que hubo que afrontar un repecho
que dejó a Don Julio bastante tocado.
Y es que a partir de aquí el trayecto se le hizo largo y
tortuoso al León de Monterrubio, pero como dijo Albert Einstein “Hay una fuerza motriz más poderosa que el
vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” y de esta a Don
Julio le sobra.
Como podéis suponer, no hubo tiempo para birras.
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