domingo, 9 de diciembre de 2012

SANTO TOMÉ - PIRULÍ




 Quedada en el  lugar de costumbre, con los de costumbre, exceptuando a José Manuel, el cual ha escusado su ausencia a la hora de costumbre, es decir Puente Romano a las 10:00 de la mañana. Cuando llego - ¡sorpresa! nos encontramos a Don Francisco Martin vestido de ex presidiario, es decir de rayas.

Se decide coger el camino a la derecha al salir de Aldeatejada, el cual enlaza con el Cordel de las Alambres. El camino se encuentra duro, pero que muy duro, debido a la helada de la noche. El ritmo es bastante ligero, ante lo cual se ha de minorar y parar para hacer alguna foto como es de costumbre. Reiniciado el camino, ya casi a la altura del Cordel anteriormente citado, nos toca “como siempre” oír los ladridos de los perros y su seguimiento a través de la alambrada de la finca, (de la cual desconocemos su nombre).

Una vez llegado al famoso Cordel de las Alambres se decide ir dirección sur, a coger el camino que nos ha de llevar a Otero Vaciadores, para luego dirigirnos a la Cañada de las Alambres (más conocida como la carretera de Matilla de los Caños). Ante el mal estado del camino, desistimos de realizar dicha ruta y… ¡sorpresa! alguien había desistido antes y se había marchado como el Tío Sierra: el Señor Francisco Martin, que había desaparecido, se lo había tragado la tierra cuando apenas llevábamos 10 km, ¡sorprendente!

Vista la situación, decidimos explorar algún camino nuevo y continuamos por el Cordel de las Alambres. El camino se encontraba bastante bien y lentamente nos alejábamos de Salamanca  ascendiendo hasta…. Santo Tomé de Rozados. Justo llegamos al camino que  unos días antes intentamos hacer, pero se encontraba lleno de barro.

Parada en Santo Tomé al lado de la Iglesia, la cual está bastante deteriorada y la plaza cubierta de maleza... ¡Sorpresa! Mi “lámpara maravillosa” según Fernando (luz trasera), había desaparecido, lo cual parecía casi imposible  porque la bolsa de herramientas no la dejaba salir.

Visto lo sucedido decidimos volver en su búsqueda hasta Aldeatejada, no sin escuchar los ladridos de los amigos de siempre. Por supuesto  no la encontramos. Posteriormente (una vez analizadas las fotos por Fernando) la lámpara ya no nos acompañaba en la primera parada realizada.

Una vez puestos en faena el Señor Fernando y el Señor Paco Sánchez deciden, como que no quiere la cosa, subir al Pirulí, así que los tres hacia arriba. ¡Qué forma de subir tienen estos dos señores, dan miedo! Llegados al Pirulí, se deposita la piedra y se hace la foto de costumbre. Y ya puestos, como estos señores habían decidido subir al Pirulí, un servidor propone bajar a toda pastilla hasta Doñinos y continuar hasta el Puente Gudino. Ante dicha proposición nadie se inmuta y a continuar…

Llegados al Hotel Doña Brígida, nos toca afrontar la última subida, el Mortirolo por la parte suave (cuesta conocida como la Subida de Jesús Galán. ¿Por qué será?)

Despedida y cierre.













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