domingo, 20 de enero de 2013

FLIRTEANDO CON EL ASFALTO (I)




Dijo Franklin D. Roosevelt: “Es de sentido común elegir un método y probarlo. Si falla, admitirlo francamente y probar con otro. Pero, sobre todo, intentar algo.”

Y así de perseverantes somos los de “La Pájara” y como los caminos no están para aventuras, algo hay que hacer… Quedada a las 10 como de costumbre en el Romano. Puntuales como de costumbre Paco, Fernando, Antonio, Ángel, Juan Miguel y José Manuel. Como es habitual, es decir, como de costumbre hay que hacer algo distinto, y Paco propone hacer al revés la del domingo pasado (para que sea distinto), pero el “Capi” pone el grito en el cielo alegando que el aire nos va a machacar, que no vamos protegidos, etc… y sugiere una ruta alternativa, según él, “más protegida del viento”.

Salimos pues por Tejares para tomar la carretera de Vitigudino, “siempre con viento en contra, sin ninguna protección, y sin protestas”. Fernando nos marca un ritmo fuerte, pero al ver que Ángel no puede seguirnos con facilidad decidimos minorar un poco la marcha. Antes de llegar a Golpejas vamos pendientes a las indicaciones de “El Capi” para tomar un desvío a la derecha que nos lleva a una carretera estrecha, sin viento en contra y con “lindas instantáneas entre el ganado en las verdes praderas llenas de encinas”. (¡Qué poético!) No hay más remedio que hacer una paradita para fotos.

Llegamos a Vega de Tirados y la ruta nos dirige a San Pedro del Valle, punto inédito para Antonio y Ángel, por lo que decidimos entrar a mostrarles la fuente romana. Fotos de rigor, repostaje y cruce de opiniones con una pareja de “los amigos de la bici”. Luego de que Antonio me diera a conocer “sus prioridades lúdicas” con respecto a las experiencias de los citados “amigos de la bici”, decidimos regresar por la carretera de Florida. Ahora hace “un frío que pela”, más que esta mañana, así que Fernando acelera y los demás “tu-turú-turú-turú tu ru”… a seguirle.

Como la ruta es cómoda vamos dejando Carrascal de Velambélez, Pino de Tormes y Florida de Liébana. Pero hay que dejar algo para postre, así que decidimos subir “la Papelera” a ritmo de Ángel, que viene castigado (hay quien lo achaca a que su nueva máquina está equipada con “platos limosneros” y por eso no da más de sí, ya veremos…) ¡En fin! No tuvo suerte el debutante en la dichosa cuesta: primero se le sale la cadena y después pinchazo. Menos mal que viene acompañado de Antonio, alias el “Bujías de la bici” por sus dotes mecánicas. Fernando y yo nos hemos adelantado, lo que aderezado con las gotas de lluvia provoca que no prolonguemos la espera, ya que Ángel está en buenas manos.

¡Hasta otra!













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