Todo parecía preparado, llevábamos casi un año esperando
este momento, los portales de apuestas llevaban un mes echando chispas, el mismísimo
Sheldon Adelson, magnate de Euro Vegas se había desplazado en persona a
observar el famoso “terraplén” y me
consta que a punto estuvo de cambiar la ubicación de su proyecto. Incluso la prestigiosa
Porra de Paco se había quedado pequeña a la magnitud de este evento. La
debilidad de las cuentas del gobierno había llevado a Mariano Rajoy a aprobar
un Real Decreto para “esnifarse” el 20% de los premios: el “DESAFÍO EXTREMO”
era inminente en Los Altos de Forfoleda.
La quedada se adelantó a las 9:30 en Cruz Roja y allí nos
presentamos Fernando, Paco Sánchez, Juan Miguel, Ángel, Antonio y José Manuel.
La decepción no se hizo esperar: el protagonista del desafío se había “autoexcluido”
alegando una lesión en la rodilla mediante llamada telefónica a Fernando. Al
principio no me lo podía creer, pero los 20 céntimos del coste de la llamada me
hacían intuir que podía ser cierto.
¡En fin! Fernando insinuó cambiar el trazado, pero “El Capi”
no transigió, así que ponemos rumbo a Forfoleda: primero el Helmántico y de
allí a Aldeaseca tomando el camino a la izquierda de la N630, después hacia Castellanos
de Villiquera (Juanmi y Paco se ahorraron el duro repecho que antecede al
municipio). Nuestro siguiente objetivo Calzada de Valdunciel por camino y
después surge la “enésima” discrepancia entre Fernando y El Capi; había tres
opciones: izquierda, derecha y regresar. Por supuesto que nadie regresó, El
Capi y Antonio se fueron a la derecha y el resto a la izquierda.
A los últimos no tardó en acabársenos el camino, primero un
tramito de campo a través y después…, después tierras sembradas (por algún
sinvergüenza) que me calaron los pies hasta los huesos. Entretanto recibo la “socarrona”
llamada de Juanmi que ya está en Forfoleda. ¡Qué momento más feliz pasó el
jodío!
Bueno, tras sacudirnos ligeramente el pegajoso barro en
Forfoleda ponemos rumbo a “Los Altos” no sin disfrutar atravesando el regato
que cruza el camino mientras las vacas nos observan “descojonándose” a reír. A
buen seguro que las hemos quitado estrés y hoy dan más leche. Nos adentramos en
la arboleda y comenzamos el largo pero suave ascenso hacia el punto geodésico
con una paradita intermedia para fotos.
Arriba descubrimos al zorro que había mencionado “el zorro”
para demostrar que había estado allí. Tras realizar el correspondiente
avituallamiento y observar a Antonio y Fernando mientras trepaban al mirador
del P.G. pasamos a analizar el famoso “terraplén”. Tras un minucioso estudio Fernando
y Antonio eran de la opinión de que se puede afrontar, pero el resto no lo
teníamos tan claro. En lo que casi todos coincidíamos es en que “el zorro” no
se lastimó bajando por allí. Por supuesto nuestro descenso se produjo por la
parte fácil, no sin las correspondientes disputas Fernando-Juanmi en cuanto a
la ruta a seguir y una nueva “inmersión” de mi pie izquierdo, factura no
excesiva en comparación con la belleza de los parajes.
Tras bordear el alto hubo que ascender un suave repecho y
nueva disputa Fernando-Juanmi cuya amenaza de apuesta a punto estuvo de
premiarnos a todos con unos “huevos escalfados”. Pero está visto que hoy no “mojamos”
en este sentido, así que tras un nuevo “descojone” de las vacas, nuevo repecho
a Forfoleda y de allí por carretera hasta Calzada, Aldeaseca, Helmántico,
despedida y cierre.
¡En fin, amigos! Si nunca esperas nada de nadie nunca te
decepcionarás, y por eso yo sigo esperando que algún día tendrá lugar “El
desafío extremo en Forfoleda”. Recordad que según el dicho sólo está exento de
fracasos el que no hace esfuerzos.
El hombre tropieza dos veces en la misma piedra, y algunos miembros de la Pájara tres veces en mismo sembrado.
ResponderEliminarMaravillosa ruta por ese monte al norte de Forfoleda. Para repetir. La próxima seguro que no nos metemos en el mismo sembrado.
ResponderEliminarMenos mal que tanta discusión con JuanMi no acaba en drama... y sí que da ocasión a divertidos comentarios.
ResponderEliminarComo no quiero esconder mi fallo, reconozco que son culpa mía (aunque no hay que olvidar al chorizo-labrador) el barro en las botas de Ángel, Paco y José Manuel y los consiguientes encharcamientos. Así que como en este grupo todo se subsana con una cañita, ME COMPROMETO a indemnizar a los damnificados con la correspondiente, el día en que la meteorología no nos lo impida. Y aunque no se lo merezcan, también dejaré que participen en el convite los que se rieron...para que vuelvan a reírse de nuevo.
El GPS es una herramienta IM-PRESCINDIBLE, aunque a veces es bueno innovar y tb es bueno perderse, todo tiene su encanto , porque si no nos perdiéramos no encontraríamos alcornoques, encinas o paisajes hermosos.
EliminarRespecto a l@s cañitas, debo entender q Antonio y un servidor, nos incluimos en el grupo de los damnificados, por tanto, si el tiempo acompaña el domingo "jarreta" en el Puente Romano.
¡¡¡ Ya era hora de empezar a tomarlas¡¡¡
Algunas puntualizaciones, por alusiones.
ResponderEliminarEl día anterior, por la tarde, fui con mi hijo a Forfoleda. Quería practicar el descenso "extremo". Dejamos el coche en el pueblo y subimos en bicicleta. Un niño del pueblo, amigo de mi hijo, nos llevó al punto geodésico. Sin su ayuda seguro que no lo hubiera encontrado. Mientras los niños se entretenían con el zorro, fui haciendo el descenso en pequeños tramos. En un punto casi me caigo. Volví a repetirlo y, esta vez sí, caí. Tengo localizado el lugar: la rueda delantera se encaja en el desnivel y la bicicleta se levanta de la trasera. Me hice daño en la rodilla. Me dolía esa tarde y el siguiente en la mañana. La etapa iba a ser larga y con esa molestia no parecía razonable acudir a la cita.
El terreno, como habéis visto, está más difícil. La prueba, por ello, exige más entrenamiento. Como dice el cronista, si no se hace no hay fracaso. Y el descenso lo haré, sin duda, pero cuando haya practicado lo suficiente (no antes). Se puede hacer, claro, pero con cabeza. Creo que es razonable lo que digo.
Y para los incrédulos puedo aportar algunos rasguños en la mano izquierda y en el codo del brazo derecho, un pequeño moratón en la rodilla, los rozones del pantalón, las "roderas" sin dibujo de mi rueda trasera y la palabra de dos niños del pueblo que me vieron hacer prácticas aunque no la caída, porque se fueron a otro sitio por aburrimiento.
EliminarHacer las cosas "con cabeza" hubiera sido no ir allí acompañado de dos niños ¿Qué hubiera pasado si la caída hubiera sido grave? sino afrontar el desafío tal como se planteó, con posibilidades de éxito y de fracaso, eso es un desafío y no hacerlo entrenado sabedor de antemano de que el éxito está garantizado. Como dice la frase, el éxito hubiera estado en el esfuerzo y la recompensa hubiera tenido mucho más valor que el precio de unos "botellines".
ResponderEliminarAlgunas consideraciones querido amigo. Constato una contradicción en tu réplica: la necesaria precaución que debe observarse al hacer la prueba en presencia de niños y la innecesaria precaución que debe observarse para hacerla en presencia de mayores, cuando de una apuesta se trata. Y ante los niños se hizo en pequeños tramos, con una velocidad mínima, comprobando el terreno. El riesgo es enormemente mayor si se hace de un tirón y si, además, no se practica antes. El hecho de practicar antes no es tanto por ganar o perder la apuesta, que tambien, sino por no salir malherido del intento, circunstancia ésta que parece no tener importancia en tu réplica. (No sé como poner mi nombre, soy vuestro amigo Paco)
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