domingo, 30 de junio de 2013

FORFOLEDA - PUENTE MOCHO



La quedada estaba prevista bien tempranito. El calor iba a apretar, y para evitarlo nada mejor que salir temprano. La idea era llegar a Ledesma, y si los ánimos acompañaban, seguir un pequeño trayecto hasta el “Puente Mocho”. Si hubiésemos salido de Salamanca la distancia sería excesiva, y más con este calor, por lo que decidimos llevar las máquinas en dos coches hasta Forfoleda. Allí nos reunimos Fernando, Juanmi, su hermano Pedro y el cronista del día, Paco Sánchez.  

Nada más salir Fernando nos hizo subir por una empinada calle,  en la que la supermáquina de Juanmi gripó motor, o dicho de otro modo, se le rompió la cadena. Increíble pero cierto, la primera vez que algunos veíamos algo así. Y la primera vez que veíamos boquiabiertos como "el Capi" sacaba de su supermochila el instrumental necesario para arreglarla. Eslabones,  tronchacadenas,  etc. ¡Dicho y hecho - Como nueva!   

Superado el percance iniciamos la ruta en dirección norte, cruzamos el arroyo para girar después a la izquierda sin subir por el precioso monte que hay entre Forfoleda y Valdelosa. Continuamos hasta Torresmenudas y desde allí cogimos un camino dirección suroeste, más interesante cuanto más avanzamos, por lo que nos hicimos las primeras fotos. Y por él llegamos a San Pelayo de la Guareña, donde nos hicimos alguna foto en un puente que alguien dijo que era milenario. 

Desde allí ya seguimos paralelos a la rivera de Cañedo, por un bonito camino con algunas roderas, y casi siempre con pendiente favorable hasta Ledesma. Allí por unanimidad se decidió ir hasta Puente Mocho. Según indicaban unos paneles informativos que han puesto, fue construido sobre la ribera de Cañedo para salvar el paso de la calzada romana que unía Ledesma con Zamora.  Hicimos un alto en el camino para ver el puente y reponer fuerzas.


A la vuelta intenté poner un ritmo algo más fuerte,  por eso de hacer el ejercicio un poco más intenso, algo que se me recriminó al hacer el siguiente alto en Torresmenudas, seguramente porque los demás querían ir más tranquilos para apreciar el entorno. A este pueblo, desde San Pelayo, fuimos por carretera, para tardar algo menos, pues apretaba el calor. Pasamos por El Arco y Aldearrodrigo,  En una fuente en Torresmenudas, de la que a estas alturas del mes de junio todavía manaba un impresionante chorro, alguno casi se da una ducha completa.  De allí, de vuelta a Forfoleda,  y cada uno a su casa.   El calor era ya insufrible.
















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