Asisten: Fernando, Paco, Anselmo, Antonio, Pedro y José Manuel. Es excusado Juan Miguel por atenciones médicas a su presunto yerno Bart.
Ruta: Alba de Tormes, Navales, Valdecarros, Pedraza de Alba, Gajates, Tordillos, Peñarandilla, Jemingómez, Alba.
Comentarios:
A última hora Juan Miguel casó baja. Se le requería para acudir de acompañante a la asistencia médica del tulipán Bart, aunque tuvo a bien despedirnos junto a su güarida.
Mucha infraestructura para poco pelotón. Disponemos de 5 vehículos para transportar 6 bicicletas, por lo que decidimos prescindir del automóvil de Pedro, que no es poco…
Anselmo se presenta en el lugar de “quedada” y tiene que regresar porque se había dejado la puerta de casa abierta.
Acampamos junto al “cuartelillo” de Alba, donde descubro que llevo un radio de la rueda trasera destrozado (esto es sólo el principio…). Hay un intenso olor a “marrano” (no es por el cuartelillo) que se hizo notar durante toda la etapa y es que no dejamos de pasar junto a granjas de engorde.
Fernando nos dirige “sin oposición” por la ruta que ya ha explorado en dos ocasiones. Tiene marcado hasta el punto de avituallamiento. Mañana soleada y con temperatura extraordinaria para la práctica del ciclismo.
Paco se ha abrigado demasiado y su cara no presenta buen color. Suda mucho, resopla… No sé… No sé…
Llega una tramo de asfalto y Anselmo, “La tanqueta de Villares”, impone un ritmo infernal a base de pedaladas de 29’’ que solo aguantamos Fernando y un servidor, a duras penas… Menos mal que cuando viene un repecho nos espera. Paco cada vez tiene peor color… No sé…
Afrontamos el último tramo por buena carretera, Anselmo y un servidor un poco adelantados y el resto observando y yo diría que disfrutando por el “sufrimiento” de la hoy bautizada como “Tortuga Teutona”.
Terminamos con excelsas jarritas, y extraordinario jamón y queso en el bar “La Pocilga”.
Algunos recuerdos:
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